La cirugía se considera superior al tratamiento médico de la obesidad porque se ha demostrado que proporciona resultados de pérdida de peso más significativos y sostenibles a largo plazo. Además, las intervenciones quirúrgicas para la obesidad se han asociado a mejoras en diversos resultados de salud, incluida una reducción del riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, hipertensión y otras comorbilidades relacionadas con la obesidad.

Aunque el tratamiento médico de la obesidad mediante programas de dieta y ejercicio, medicamentos y terapia conductual puede ser eficaz en algunos casos, a menudo no produce una pérdida de peso sustancial o duradera. La cirugía, en cambio, puede lograr resultados de pérdida de peso mayores y más constantes.

Las intervenciones quirúrgicas para la obesidad suelen consistir en modificar el tracto gastrointestinal para reducir la cantidad de alimentos que se pueden consumir o absorber. Estos procedimientos pueden incluir el bypass gástrico, la manga gástrica y la banda gástrica ajustable laparoscópica, entre otros. Estas cirugías pueden conducir a una pérdida de peso significativa y también pueden dar lugar a mejoras en los marcadores de salud metabólica, tales como los niveles de azúcar en la sangre y el colesterol.

Además, se ha demostrado que la cirugía bariátrica tiene un impacto positivo en la calidad de vida, ya que los pacientes experimentan una mejora de la movilidad, una reducción del dolor y un aumento de los niveles de energía. Como resultado, muchas personas que se someten a cirugía bariátrica afirman sentirse más seguras y satisfechas con su salud y bienestar general.

En conclusión, aunque el tratamiento médico de la obesidad puede ser eficaz en algunos casos, se ha demostrado que la cirugía proporciona resultados de pérdida de peso más significativos y sostenibles, así como mejoras en diversos resultados de salud y calidad de vida.